“¿Por qué no habrá paz en la mágica soledad de un atasco?”

Violadores del Verso – Algo de Jazz

Como paso inicial para los que queramos convertirnos en ciclistas regulares es necesario conocer dentro de qué monstruo estamos ubicados. Nuestra querida ciudad se llama Lima, conocida también como la tres veces coronada villa, fue fundada en 1535 por los españoles y, 476 años después, se encuentra sumergida en un diario desorden vehicular que padecemos todos sus habitantes. Empecemos por revisar algunos de los componentes que hacen que esto se haya dado de esta forma.

El transporte público

Nuestra fauna salvaje automotriz está liderada por las combis y coasters. Muchos de nosotros las hemos sufrido y podemos culparlas casi como únicos culpables del desastre que es transportarse en la ciudad pero es en realidad un tema más complejo. Es muy fácil echar la culpa sin conocer el sistema actual en el que tienen que laborar choferes y cobradores el cual provoca el estrés por capturar pasajeros, que se realicen correteos y que se vociferen las rutas en cada esquina buscando llenar el carro. En el siguiente link pueden leer un informe periodístico de INFOS que relata de forma clara el sistema imperante, sus participantes y las motivaciones de éstos para que todo siga como está. Y, de yapa, les muestro una foto presentada por un ex-alcalde capitalino en su presentación sobre el transporte público de la Lima en una Cumbre Mundial de grandes ciudades, foto inspirada, al parecer, en un laberinto de esos que aparecen en los periódicos. El transporte público es algo grave y, lo peor de todo, algo grave a lo que ya estamos acostumbrados y tomamos como normal.

Ciertamente, el parecido es innegable

Los autos

Usualmente, vemos que las secciones de economía y negocios de los periódicos pregonan a los cuatro vientos que el Perú avanza y eso se refleja en las cifras de importación de autos: que hemos importado 20 y tantos por ciento más de autos nuevos, que el mercado peruano de automóviles está segmentado por tal y tal razón, que ahora más peruanos compran autos debido a su mayor poder adquisitivo y bla, bla, bla. No es que piense que un auto no sea necesario (muchas familias viven lejos de donde trabajan y un auto permite trasladar más cómodamente a los miembros a sus distintas actividades) pero los problemas aparecen cuando:

Se importan autos con varios años de antigüedad,

Se pregona el discurso de que cada miembro de la familia tenga “auto propio” (quizá influenciados por el modelo norteamericano, donde las distancias a recorrer son más largas) lo que incrementa el parque automotor y

Los que ya tienen auto y comprar uno nuevo generalmente no botan a la basura el auto antiguo sino que lo revenden lo que ocasiona que el número de autos importados al año sea muchísimo menor que el de autos dados de baja cada año ocasionando que los carros en circulación sean cada vez más y mayores la contaminación y el caos.

Los peatones

Años de una débil educación vial han traído como fruto (podrido) que peatones que, habiendo un puente a una cuadra, crucen autopistas esquivando autos; que se quejen de que el bus no para a recogerlos cuando no están en un paradero autorizado o que protesten cuando las bicicletas intentan circular por las ciclovías que ellos están ocupando en esos momentos; entre otras faltas comunes. Todo eso tiene como resultado la fría estadística de que seamos los peatones los responsables del 55% de los accidentes de tránsito en la ciudad. Total, ¿víctimas o causantes de accidentes? Sin duda, los peatones también forman parte del caos e informalidad del transporte en Lima.

Corrreeeeeeeeee que viene carroooooooo

Éstos han sido unos cuantos componentes a los que estamos expuestos cada día. Me faltaría un post entero para hablar de la policía pero no quiero malograrme los últimos minutos del buen domingo que he tenido. A todo esto nos enfrentamos los ciclistas, ¿será posible lograr la revolución de conseguir un transporte más eficiente y menos estresante? El reto está sobre la mesa.